Fuente. Descripción original, Peña, 1971
Longitud 16.1 – 18 mm.
Cuerpo de color negro brillante.
Cabeza: de color negro, labro rojizo oscuro, más claro que las mandíbulas, con pelos dorados en su borde frontal, más bien rugoso que punteado. De superficie irregular, con puntuación más o menos fuerte, excepto en el área central, donde se debilita. Distancia entre los ojos igual a la que hay entre la base del segundo antenito y el extremo del quinto. Antenas de color rojizo de un largo de 9/10 del ancho del tórax, con sus últimos cuatro antenitos mas anchos que largos y mas pubescentes que el resto de la antena. Clipeo con puntuación un poco más fina y pareja que el resto de la cabeza y con una insinuación de surco medio logitudinal, con depresiones irregulares en la mayoría de los ejemplares.
Tórax: Pronoto brillante, estrechándose hacia la base, con sus ángulos redondeados siendo los posteriores bien pronunciados; los bordes laterales combados, el anterior recto, la puntuación poco perceptible; su ancho es de 18 veces el ancho de los élitros. Élitros con estrías regularmente notorias con los espacios interestriales bastante planos, notándose combadura en los más próximos a los costados; su puntuación es apenas aparente. Incurvatura lateral del élitro lisa y excavada en el extremo. Algunas veces esta excavación se nota hacia el último tercio. Pro, meso y metaesternón con puntuación poco aparente, finamente arrugados. Patas con escasa pilosidad dorada – cobriza, aumentando hacia el extremo de la tibia y en los tarsos. Fémures protorácicos lateralmente comprimidos con puntuación fina y arrugas transversales. Tibias metatorácicas más largas que las antenas en una proporción de 10:9,5.
Huevos: Los huevos de tenebriónidos en general son depositados a poca profundidad y cubiertos por una sustancia que permite la adherencia de partículas del sustrato y evitar así daños mecánicos y deshidratación (Vidal & Guerrero, 2007).
Larvas: Las larvas se caracterizan por presentar coloración amarillo – pálido, a veces con manchas oscuras. Las patas protorácicas están muy desarrolladas. En el extremo posterior del tergito IX poseen una hilera de setas modificadas cortas y rígidas espiniformes.
Las larvas de Nycterinus en general se desarrollan en suelos pesados, no aireados y poco porosos, por lo tanto presentan las patas protorácicas no tan robustas y poseen más espinas que setas (Vidal & Guerrero, 2007).
Pupas: Al igual que las larvas, poseen procesos laminares en el abdomen con proyecciones espiniformes y setas marginales en el pronoto. |