Según lo observado por el SAG RMS, en la Región Metropolitana, la presencia de individuos de K. angustifolia se encuentra entre los 1.200 y 1.800 m, por ello cualquier intervención antrópica en esa altitud genera un gran impacto en la especie (comunicación personal, Contreras & Candia, 2011).
Modificación del hábitat: La especie se ubica en la zona central del país, observando una importante participación en la Región Metropolitana, que acoge al 40% de la población nacional. Esto implica una fuerte presión de uso de los terrenos ocupados por vegetación nativa. Según el SAG RMS la ejecución de megaproyectos de inversión e infraestructura del tipo lineal asociadas al sector energético y minería, y la extracción de tierra de hojas y suelo, constituyen importantes amenazas (Contreras y Candia, 2011 com. pers.). Destaca también la Región de Coquimbo, que presenta indicadores altos de destrucción del hábitat e impacto antrópico sobre la especie (Squeo et al, 2001).
Introducción de especies exóticas: Existen antecedentes de predación de semillas por microlepidópteros (León, 1993 citado por Córdova, 2001); pero los animales domésticos parecen ser los que más afectan la regeneración. El pastoreo de caballos y vacas para producción animal de los lugareños produce daños debido al consumo de brotes nuevos y plántulas; aun siendo tóxico, los animales se alimentan de esta especie sobre todo en época invernal donde los pastos son escasos y lo único que hay son árboles o arbustos (Córdova, 2001). Vinculado a esto, se encuentra el hecho que por considerarse tóxica, y por tanto indeseable desde el punto de vista productivo, la especie es talada para evitar que el ganado la consuma (Gajardo, 2011 com. pers.).
Sobreexplotación de especies: Su extracción para uso como combustible y para construcciones menores ha contribuido a su disminución (Córdova, 2001; Riedemann y Aldunate, 2004) y se constituye como una de sus principales amenazas (Contreras y Candia, 2011 com. pers.)
Otros factores concomitantes: Dado que las montañas son moldeadas por fuerzas tectónicas, no es sorprendente que las regiones montañosas sean particularmente susceptibles al daño provocado por terremotos y volcanes, los que en muchos casos resultan en una pérdida significativa de vida y propiedad (Spehn et al., 2005). Tal es el caso de la comuna de San José de Maipo, que presenta tres volcanes activos: el Tupungatito, el San José y el Maipo, lo que revela una gran influencia volcánica en la zona. Si bien es cierto que estos volcanes no han presentado erupciones en los últimos cien años, siguen teniendo un potencial de desastre asociados (PAC Consultores, 2010). Las montañas son particularmente susceptibles al cambio climático puesto que su biota está adaptada a específicas y a menudo angostas zonas altitudinales. Las condiciones ambientales cambian rápidamente con la elevación dados los marcados gradientes de temperatura y precipitación. Así, cambios rápidos en las zonas de vida (life zones) ocurren en pequeñas distancias verticales, y cambios del clima relativamente pequeños pueden inducir grandes cambios en el área disponible para una determinada zona de vida (Spehn et al., 2005). Se ha observado el fenómeno de “muerte súbita” en varios individuos de K. angustifolia, lo que estaría asociado a la presencia de patógenos favorecidos por cambio del clima; sin embargo el tema no ha sido estudiado en detalle (Gajardo, 2011 com. pers.). Existen antecedentes de predación de semillas por microlepidópteros (León, 1993 citado por Córdova, 2001) y de mortalidad de poblaciones de K. angustifolia correlacionada con altas poblaciones de Tettigates chilensis (Hemiptera: Cicadidae) (Weber, 2011 com. pers.). La drástica variabilidad en el número de plantas reproductivas y el número de flores entre años (León, 1993) y los antecedentes que señalan baja regeneración de la especie en algunos sectores: Yerba Loca, (Córdova, 2001), San José de Maipo (Teillier, 2011 com. pers.), RM; Región de Coquimbo (Squeo et al., 2001). No existen programas oficiales de multiplicación, regeneración in situ en los predios que cuentan con poblaciones naturales. Existe poca generación de conocimiento de esta especie a nivel académico. Por ejemplo, no existe información respecto al impacto de especies en asociación biológica como el quintral (Tristerix), donde se desconoce si esta es favorable o desfavorable para esta especie (Contreras y Candia, 2011 com. pers.). |