Es una especie voraz, muchas de sus introducciones se han efectuado para el control de la vegetación acuática. Sin embargo, al eliminar por completo las plantas acuáticas en los hábitats donde ha sido introducida, se altera la estructura trófica produciendo efectos perjudiciales en los ecosistemas naturales (Invasive Species Specialist Group ISSG 2015).
Es conocido que la biomanipulación a través de la introducción de una especie, puede proporcionar múltiples beneficios sociales y ecológicos, como así también otras consecuencias negativas inesperadas. En el caso particular de C. idella, es fundamental poseer un conocimiento detallado de sus características biológicas debido a los múltiples y potenciales impactos que puede acarrear su introducción en el ecosistema (Bain 1993). Varios autores han reportado cambios limnológicos posteriores a la introducción de C. idella en diferentes densidades, en especial un aumento de la concentración de clorofila, disminución de la transparencia del agua y modificaciones de la redes tróficas (Shireman & Smith 1983; Maceina et al. 1992; Kirkagac & Demir 2006).
En un estudios de lagos argentinos se comprobó que previo a la siembra de C. idella en el LVD, las macrófitas E. densa y Z. palustris llegaron a cubrir más del 85% de su superficie e impedían la realización de diferentes actividades en el lago. Sin embargo, durante la permanencia de la carpa herbívora, se pudo observar una mayor transparencia estacional del agua con respecto a años anteriores (Novoa et al. 2006), al igual que una elevada diversidad de la ictiofauna presente, compuesta por 14 especies y en especial por Gymnogeophagus australis, la de mayor frecuencia relativa (Crichigno 2005), aun tratándose ésta de una especie característica de aguas vegetadas (Menni 2004).
Introducir un número muy alto de estas carpas puede causar una gran afluencia de nutrientes derivados de sus heces, y un rápido y sustancial decremento de macrofitas en lagos y pozas
C. idella afecta a otras especies de peces interfiriendo con su reproducción, ampliando o reduciendo la base alimentaria y disminuyendo el número de refugios disponibles. La sobrealimentación de las carpas afecta el hábitat de especies de peces y aves acuáticas migratorias porque las plantas acuáticas nativas preferidas por las carpas son fuente importante de alimento para las aves acuáticas y hábitat para los invertebrados |