Se consideran como posibles impactos, la competencia por alimento y sitos de refugio y reproducción, con especies nativas de peces; la introducción de enfermedades, depredación directa sobre los peces nativos, y efectos en la estructura comunitaria (Gollasch et al. 2006). Aunque estos impactos no han sido cuantificados, se estima que son de alta relevancia dado que esta especie se caracteriza por por ser altamente tolerante a distintos parámetros del hábitat. (Pool 2007). En Brasil, donde el bagre de canal es considerado una especie invasora, Piedras et al. (2006) reportaron una gran similitud en el Sistema digestivo de esta especie y los dos siluriformes nativos, R. quelen y P. maculatus, lo cual indica una fuerte sobreposición en los nichos tróficos, de estas tres especies, que en definitiva podría generar competencia interespecífica por los mismos recursos alimentarios (Cruz-Spindler et al. 2012). Además, esta especie podría llegar a ser un competidor exitoso por recursos debido a su estrategia oportunista de alimentación (Townsand & Winterbourn 1992). En Nuevo México el bagre nativo, I. lupus, ha sido desplazado en gran parte de su rango de distribución (Kelsch & Hendricks 1990).
Otro de los impactos más importantes de la invasión del bagre de canal es la hibridación con las especies nativas. Ha sido encontrado que existe hibridación intencional del bagre de canal con el bagre azul, nativo de México (I. furcatus), produciendo híbridos que crecen a una tasa increíblemente rápida (Sublette et al. 1990). |