Depredación por mamíferos introducidos Cerca de un 50% de los cadáveres de adultos encontrados por Brooke (1987a) y el 85% de los encontrados (n=20) por Hodum y Wainstein (2003) presentan evidentes signos de muerte por gatos domésticos asilvestrados. Hodum y Wainstein (2003) estiman que los gatos matan 1 fardela/500 m2 de colonia, lo que deriva en una mortalidad del 2-3% en la temporada 2003. Observaciones nocturnas oportunísticas de gatos asilvestrados mostraron la presencia de al menos 7 gatos en la colonia de Tres Torres/Inocentes Bajos durante el año 2003. Las fardelas no mostraron conductas defensivas ante la presencia de estos individuos. Hahn y Römer (2002) también reportan haber encontrado cadáveres producto de ataque de gatos. Hodum y Wainstein (2002) sugieren que los individuos no reproductivos podrían ser más susceptibles a ataques por gatos, dado que pasan bastante más tiempo sobre la superficie del suelo que los individuos reproductivos (que entran en las cuevas). Si bien Brooke (1987) no notó una fuerte presión de depredación de roedores introducidos (Rattus rattus, Rattus norvegicus y Mus musculus) sobre huevos y/o pollos, Hahn y Römer (2002) y Hodum y Wainstein (2002, 2003) encontraron individuos de R. norvegicus y M. musculus en las colonias del Cordón de Inocentes Bajos y en el sector Tres Torres. Deslizamientos de tierra Hodum y Wainstein (2003) estimaron que unos 30.000 nidos de esta especie se perdieron en un gran deslizamiento producto del exceso de lluvia en la temporada 2002. La topografía de la isla y la falta de adecuada cobertura vegetal en ciertos sectores (principalmente producto de incendios en décadas pasadas) hacen que estos eventos puedan repetirse en el mediano plazo. Afortunadamente, aparentemente la tasa de recuperación de la vegetación en estos sectores parece ser alta (Hodum com. pers.). Choques con luminarias Las noches nubladas favorecen la pérdida de orientación de las fardelas al volver a las colonias de nidificación. Habitualmente se producen choques con las luminarias o con postes, generando fracturas en las alas, pico o en el cuello. Todos estos traumas generan la muerte de los individuos (Hodum com. pers., obs. pers.). Hasta ahora no se ha cuantificado el impacto que este fenómeno tiene en la población. Se requiere instalar luminarias especiales que disminuyan la contaminación lumínica, especialmente en noches nubladas. Incendios Si bien la ocurrencia de incendios ha disminuido notablemente en los últimos años, es una amenaza que, dado el nivel de agregación espacial de las colonias de nidificación, potencialmente podría generar una gran destrucción de colonias y muerte de individuos. No obstante, dado que la zona sur de la isla es más alta, está sometida a mayores niveles de humedad por precipitación o por condensación de nubes, lo que dificultaría la generación y propagación de un incendio en las zonas altas. Por otro lado, la gran cantidad de viento en esa zona favorecería la dispersión del fuego. Transformación del hábitat por especies exóticas Hasta ahora, las especies vegetales invasoras presentes en el archipiélago (Aristotelia chilensis, Ugni molinae y Rubus ulmifolius, Greimler et al. 2002) están localizadas en sectores acotados de la Isla Alejandro Selkirk. Si bien estos sectores no presentan colonias de fardelas, se debe evitar que estas especies lleguen a lugares donde haya colonias de nidificación. Las principales especies de mamíferos que han transformado las características de la vegetación en la Isla Alejandro Selkirk han sido las cabras (Capra hircus) y marginalmente vacas y caballos (Equus przewalskii f. caballus). Su población se ha reducido notablemente por acciones de erradicación solicitadas por CONAF (de unos 3000 - 5000 en los 1990’s (Bourne et al. 1992, Hahn y Römer 2002) a unos 1500 – 1700, M.Tobar com. pers.) y por la caza mantenida por los pescadores de Selkirk (ca. 600 cabras por temporada de pesca, según registros de CONAF mantenidos en la isla, M.Tobar com. pers.). Estos ha permitido la recuperación de la vegetación en varios sectores de la isla (especialmente en la mitad norte, M. Tobar com. pers.). Sin embargo, la presencia de las cabras constituye una amenaza constante, que si no es controlada o erradicada puede generar impactos irreparables en la vegetación de la isla. Interacciones con pesquerías industriales Brooke et al. (2006) hacen notar que las pesqueras industriales del atún (Thunnus sp.) podrían afectar las poblaciones de esta especie en sus áreas migración invernal (zona tropical oriente del Océano Pacífico). De hecho, P. externa junto con otras especies de aves marinas, consumen pequeños peces que son perseguidos por el atún haciéndolos vulnerables a la captura al acercarse a la superficie. La baja en la población de atunes, conlleva reducción del cardumen disponible a las aves, dada la forma en que se alimenta el atún. Este potencial impacto no es considerado en las políticas de captura de los atunes. |