Es un marsupial arbóreo, endémico de los bosques templados lluviosos de Chile y Argentina. Es el único representante viviente del Orden Microbiotheria, y se encuentra más emparentado con los marsupiales australianos que con los americanos (Springer et al. 2008). Considerado un fósil viviente es el más primitivo de todos los marsupiales (Palma & Spotorno 1999, Westerman & Edwards 1991). Actualmente se reconocen dos subespecies, D. gliroides gliroides en la isla de Chiloé, que más oscura y presenta cola más corta que la del continente, y D. gliroides australis en la parte continental (Marshall 1978), Jiménez 2005, Pine et al. 1979). Se caracteriza por un pelaje denso y corto, de coloración parda en el dorso, más claro y café-amarillento en los flancos y blanquecino ventralmente. La cara es muy llamativa, no sólo por sus enormes ojos, que denotan su mayor actividad crepuscular y nocturna, sino que también por su coloración que muestra una máscara más oscura alrededor de los ojos. Sus orejas son redondeadas y cortas. Posee en cambio una cola larga, prensil y cubierta de pelos, que se aprecia más gruesa en su base. Sus manos y pies son muy hábiles y, de hecho, posee pulgar oponible en la extremidades traseras lo que junto a su cola prensil lo convierte en un ágil trepador (Miller & Rottmann 1976, Mann 1978, Iriarte 2008, Muñoz-Pedreros & Palma 2009). Los individuos juveniles miden entre 12 y 18 cm, mientras que los adultos pueden medir hasta 26 cm, la cola representa casi el 50% de la longitud total del cuerpo y el diámetro de la misma varía durante el año, ya que se hace más gruesa al final del verano y comienzos del otoño como estrategia de almacenaje de grasa como reserva durante el período de hibernación. El peso de un individuo promedio puede variar entre 16 y 31 g. Poseen extremidades y dedos diseñados para el hábito arbóreo, con pulgares opuestos, uñas cortas y cojinetes plantares que le permiten trepar fácilmente por las ramas (en especial las delgadas, entre 1 y 10 cm de diámetro), por lo que reciben el denominativo de “monito”, a pesar de ser un marsupial. A pesar de ser arborícola y contar con estrategias conductuales y características morfológicas para aprovechar el dosel y la estructura tridimensional del bosque, el monito del monte también se desplazan al nivel del suelo, lo cuál ha sido comprobado mediante capturas directas (Fontúrbel 2009) y por su presencia en la dieta de zorros y otros animales que forrajean a nivel del suelo (Rau et al. 1995). Tiene una dieta omnívora compuesta de insectos, huevos (Jiménez & Rageot 2009) y una variedad de frutos carnosos, como copihue (Lapageria rosea), arrayan macho (Raphitamnus spinosus), maqui (Aristotelia chilensis) y el quintral (Tristerix corymbosus) (Quijano 2008, Amico et al. 2009). Esta última, una planta parásita considerada como especie clave en los bosques templados por proveer de alimento a diferentes especies durante todo el año (Amico & Aizen 2000). El monito del monte participa activamente de la regeneración del bosque nativo, siendo el único dispersor mutualista de esta especie parásita y, muy probablemente, cumpliendo esta misma función con otras especies de importancia para los bosques Australes del Sur de Chile y Argentina. Crían durante la primavera austral, es en este tiempo cuando se les ve en parejas. Las madres paren de uno a cuatro cachorros. Posee una bolsa marsupial pequeña, aunque bien desarrollada, con cuatro mamas en su interior. Al igual que otros marsupiales, su ciclo reproductivo es muy interesante, con apareamiento a inicios de primavera, luego de lo cual se desarrolla una gestación intrauterina, producto de la cual nacen 2 a 4 crías no completamente desarrolladas que migran hacia el interior de la bolsa marsupial donde permanecen por unos 60 días fuertemente adheridas a un pezón. Luego de abandonar la bolsa permanecen otro mes bajo la protección del nido construido por la madre. Ambos géneros alcanzan la madurez a los dos años (Miller & Rottmann 1976, Mann 1978, Iriarte 2008, Muñoz-Pedreros & Palma 2009).
Se ha descrito que D. gliroides es depredado por rapaces como el concón (Strix rufipes) y los zorros (Pseudalopex griseus o zorro chilla, P. culpaeus o zorro culpeo y P. fulvipes o zorro de Darwin). Probablemente también formen parte de la dieta de la güiña (Oncifelis guigna), quique (Galictis cuja) y chuncho (Glaucidium nanum) (Jiménez 2005). Se ha demostrado simpatría con otras especies de roedores introducidos similares en tamaño, como Rattus norvegicus (Lobos et al. 2005), Rattus rattus y Mus musculus asociados a habitaciones humanas (Kelt 1999), sin embargo, la presión negativa sobre la frágil comunidad de micromamíferos nativos es insospechada y perturbadora (Jaksic 1998). |