Los individuos de las poblaciones chilenas de Telmatobius marmoratus se caracterizan por un cuerpo robusto, la cabeza más ancha que larga y el hocico redondeado y truncado. El tamaño promedio de los adultos es de 51,31 mm para los machos (n=50) y 55,24 mm para las hembras (n=66). Tienen la piel dorsal y ventral lisa, muy glandular en los costados y la región sacral, con pliegues cutáneos en los costados del cuerpo, sobre la cloaca y en los bordes internos de los brazos. La coloración general varía entre el gris claro al negro uniforme tanto en el dorso como en el vientre, el cual generalmente es más claro. Muchos individuos presentan manchas dorsales oscuras, las que pueden ser grandes o pequeñas, de contorno definido o indefinido y distribución regular o irregular. Unos pocos individuos presentan pequeñas manchas blancas y circulares concentradas en la región sacral, los muslos y la tibia. Los machos en época reproductiva tienen los brazos y antebrazos muy engrosados, con parches de espinas córneas en la parte interna del primer dedo. Algunos machos también pueden presentar pequeñas espinas córneas en garganta, labios, brazos y pecho (Veloso et al. 1982). La larva es grande (hasta 76,9 mm), de color dorsal gris oscuro, más claro en la región ventral, la cual presenta manchas oscuras irregularmente distribuidas. La extremidad de la cola es redondeada, con poco desarrollo de la aleta caudal. El músculo caudal es muy reducido (Veloso et al. 1982). Díaz (1982) estudiaron la biología reproductiva de esta especie en dos localidades del extremo norte del país durante tres épocas del año. Estos autores reportan la presencia de todos los grupos de edad (larvas, juveniles y adultos) y actividad gonadal durante todo el año. Ellos también aportan datos del tamaño de las larvas premetamórficas (73,2-77,9 mm) y de los individuos recién metamorfoseados (30,3 mm en promedio), e indican que hay un sesgo en la proporción de sexos hacia las hembras. La dieta de T. marmoratus de Parinacota fue estudiada por Valencia et al. (1982) y consiste principalmente de insectos (más del 65%), crustáceos, ácaros, anélidos y moluscos, además de materia vegetal y larvas y juveniles de anfibios (no se sabe si de la misma especie). Northland et al. (1990) determinaron el contenido de ADN por núcleo: 5,81pg, cifra muy parecida a la de T. pefauri. Ruiz et al. (1983) estudiaron las adaptaciones hematológicas y respiratorias en varias especies de Telmatobius de Chile. Uno de los hallazgos principales fue que en esta especie la respiración cutánea es más alta que el consumo de oxígeno pulmonar. Penna & Veloso (1987) describieron los cantos de contacto y de respuesta aversiva (distress call) en esta y otras especies del género de Chile, los cuales son muy parecidos entre ellas. De la Riva (2005) destaca que la taxonomía de esta especie está en estado de caos. Basándose en estudios moleculares no publicados, este autor indica que las poblaciones bolivianas que habitan la zona limítrofe con las regiones de Arica-Parinacota y Tarapacá corresponderían a la especie T. gigas, por lo que debería reevaluarse el estatus taxonómico de las poblaciones chilenas de T. marmoratus. |