En 1999 se definieron tres amenazas como las más importantes para esta especie: la depredación por el visón americano (Neovison vison); el incremento de la presión por el turismo y el efecto de la crianza de salmones y truchas en ríos de Chile, las que continúan actuando y afectando a la mayoría de la población (50-90%), pero que según las evaluaciones hasta 2016 provocarían disminuciones insignificantes y tendrían un bajo impacto (Birdlife International 2017, 2016)
Descripción
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% aprox. de la población total afectada
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Referencia
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Depredación por Neovison vison
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50-90%
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Pearman in litt. 1999
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Presión creciente del turismo
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50-90%
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Imberti in litt. 1999
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Efecto de la salmonicultura en ríos de Chile
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50-90%
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Jaramillo in litt. 1999
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Fuente: Birdlife International (2017, 2016)
En los 18 años transcurridos desde que fueron enunciadas, estas amenazas se han comprendido mejor, se han intensificado y muy probablemente continúen acentuándose en el futuro.
1. Depredación por el visón americano (Neovison vison)
El estrés causado por esta amenaza es mortalidad (Birdlife International 2017, 2016), impacto observado sobre aves acuáticas en general, entre ellas algunas anátidas que anidan en el suelo, emparentadas con el pato anteojillo y que comparten su hábitat y rango de distribución.
En Chile, un estudio en Isla Navarino reveló que la tasa de depredación de nidos de quetru no volador (Tachyeres pteneres) por el visón fue alta (44%) y definió un perfil de vulnerabilidad para la conducta de nidificación con tres características: (a) anidación solitaria, (b) anidación en afloramientos rocosos costeros y (c) ocultamiento de los nidos, características que también cumplen el quetru volador (Tachyeres patachonicus) y el pato juarjual (Lophonetta specularioides) (Schüttler et al. 2009). El pato anteojillo cumple al menos con dos: (a) y (c).
En el Parque Nacional Lanín, Argentina, la presencia del visón disminuyó la abundancia (70%) y riqueza (40%) de aves acuáticas (Girini et al. 2014) y causó la ausencia de 10 especies (cuatro anátidas incluidas), así como la reducción significativa de otras 4 especies (dos anátidas incluidas). Los datos fueron insuficientes para establecer una correlación entre la presencia/ausencia del visón y la abundancia de 13 especies adicionales (seis anátidas incluidas), entre ellas el pato anteojillo (Peris et al. 2009).
Esta amenaza se ha acrecentado desde 1999 debido a la expansión geográfica del visón, lo que probablemente continuará ocurriendo en el futuro (Fasola & Valenzuela 2014) hasta producirse el solapamiento total con la distribución del pato anteojillo, afectando así a toda la población (>90%). En Chile ya se encuentra entre las regiones de Magallanes y La Araucanía, pero se sospecha su presencia en la región del Biobío (Cerda 2008).
2. Presión creciente del turismo
El estrés causado por esta amenaza corresponde a perturbaciones (Birdlife International 2017, 2016) provocados por la presencia humana derivada, entre otras causas, de las actividades turísticas y recreacionales, cuyo impacto sobre las aves ha sido estudiado en diferentes partes del mundo.
En el Parque Nacional Nahuel Huapi, Argentina, las actividades recreativas acuáticas serían parte de las causas de disminución de los territorios de cría del pato cortacorrientes (Merganetta armata) (Cerón & Trejo 2012), en tanto que, en Noruega, la presencia de turistas provenientes de cruceros provocó altas tasas de pérdida de nidos (35%) en el ganso piquicorto (Anser brachyrhynchos), por abandono del nido frente a la cercanía de los visitantes, lo que facilitó el ataque de depredadores (Madsen et al. 2009).
En Tierra del Fuego, se estimó que la presencia humana fue un factor relevante para erradicar la nidificación del quetru no volador (Tachyeres pteneres) y la caranca (Chloephaga hybrida) en la costa fueguina, relegándola a las islas del canal Beagle (Liljesthröm et al. 2013), situación a la que probablemente contribuyó el crecimiento de la actividad turística en el área.
Esta amenaza se ha intensificado en Chile debido al aumento de turistas en la zona donde se reproduce el pato anteojillo, a una tasa promedio anual de 7% en el período 2001-2015, con las mayores alzas en las regiones de Los Ríos-Los Lagos, Aysén y Magallanes (INE 2017, SERNATUR & Subsecretaría de Turismo 2016), donde la actividad principalmente se enfoca en áreas naturales. Es muy probable que los disturbios para esta especie hayan aumentado, especialmente por su carácter desconfiado ante la presencia humana (Couve & Vidal 2016, Couve & Vidal 2000).
Región Administrativa
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N° Turistas nac. y extr.
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% Variación
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% Incremento
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2001
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2015
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2001-2015
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Anual ?
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Maule
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96.531
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249.749
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159
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6
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Biobío
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298.310
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614.497
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106
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5
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La Araucanía
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194.410
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454.867
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134
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5
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Los Ríos-Los Lagos
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358.653
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1.216.085
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239
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7
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Aysén
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34.037
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210.011
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517
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8
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Magallanes
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64.291
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310.283
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383
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10
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TOTAL EN ÁREA REPRODUCTIVA
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1.046.232
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3.055.492
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192
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7
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Fuente: Elaboración propia a partir de datos obtenidos de
INE (2017) y SERNATUR & Subsecretaría de Turismo (2016)
3. Efecto de la salmonicultura en ríos de Chile
El estrés causado por esta amenaza es la conversión y degradación de los ecosistemas (Birdlife International 2017, 2016), cuyos efectos en las aves hasta ahora han sido constatados en lagos y costa marina, aunque no todavía en ríos.
En Chile, la abundancia y composición de la avifauna cambió significativamente en corrales salmoneros lacustres y marinos de la región de Los Lagos, en los cuales aumentó notoriamente el número de aves, pero disminuyó la diversidad debido a la dominancia que alcanzaron especies oportunistas, comunes y generalistas, tales como gaviotas, jotes y yecos (Jiménez et al. 2013).
En lagos de la Patagonia argentina, colonias reproductivas del pimpollo tobiano (Podiceps gallardoi) desaparecieron después de la introducción de la trucha arco iris (Onchorhynchus mykiss), entre otras razones porque el pez extinguió por depredación los grandes crustáceos pelágicos que también habrían sido la presa principal de estas aves, comprometiendo así su éxito reproductivo (Lancelotti et al. 2017).
En Laguna Blanca, Argentina, la abundancia de cisnes de cuello negro y taguas disminuyó drásticamente por la actividad de peces exóticos, en este caso principalmente de Percichthys colhuapiensis, que si bien no es un salmónido comparte con ellos características invasoras. Esta especie habría provocado un efecto de cascada trófica al afectar por depredación la comunidad de invertebrados bentónicos y generar como consecuencia una disminución en la cobertura de la planta acuática Myriophyllum elatinoides, principal alimento de las aves mencionadas (Ortubay et al. 2006).
El salmón Chinook (Onchorhynchus tshawytscha) es un invasor reciente y en expansión en los ríos de la Patagonia, y se considera una amenaza por su migración reproductiva y posterior muerte masiva. Todavía se desconocen las consecuencias de estos eventos, incluyendo los efectos sobre las aves acuáticas, pero ya han sido registrados en Chile, y se sabe que implican el ingreso de nutrientes marinos en grandes cantidades, lo que podría provocar alteraciones en las redes tróficas de los ambientes fluviales (Arismendi & Soto 2012).
La invasión de salmónidos en los ambientes dulceacuícolas y marinos de Patagonia continúa inducida por los escapes masivos desde las piscifactorías, los que probablemente aumentarán al crecer la producción, especialmente si no se toman medidas efectivas de control (Habit et al. 2015).
4. Otras amenazas
La caza continuaría afectando a este taxón en sus cuarteles de invierno, aunque no sería una amenaza importante para su población (Carboneras & Kirwan 2017). En Chile fue cazada legalmente hasta que la actividad fue prohibida para la especie en 1998 (SAG 2015).
Finalmente, una amenaza potencial en Chile es la hibridación con el ánade real (Anas platyrhynchos), cuyos registros de ejemplares asilvestrados han aumentado entre las regiones de Valparaíso y Los Lagos, aunque hasta el momento en abundancias bajas. Esto sugiere una fase de establecimiento inicial como especie invasora, en la que sin embargo ya se ha detectado actividad reproductiva y posible presencia de híbridos (Thomson et al. 2015) |