Casi todos los factores de amenaza para el cóndor son de origen humano, por lo que se sugiere que la tasa de mortalidad está directamente relacionada con la frecuencia de contacto con el ser humano (Temple & Wallace 1989, Lambertucci 2007).
El cóndor es una especie muy sensible a factores de amenaza de origen humano que aumenten la tasa de mortalidad natural, ello debido a sus características de historia natural, como son su extrema longevidad, muy baja tasa reproductiva, madurez sexual tardía, dependencia de una alta tasa de supervivencia, comportamiento gregario en buitreras y durante la alimentación (Lambertucci, 2007, Lambertucci et al. 2009). Por ello, cualquier incremento en los factores que causan mortalidad en la especie, pueden generar serios problemas para la persistencia de las poblaciones de la especie (Wallace et al. 1983).
Las causas de ingreso a centros de rehabilitación pueden aportar valiosa información sobre los factores de mortalidad de la fauna silvestre (Wendell et al. 2002), contribuyendo a identificar los factores de riesgo naturales y antropógenos a los que la fauna está expuesta (Molina-López & Darwich 2011). Los animales admitidos en centros de rehabilitación pueden venir de un área amplia y la información que entregan puede tener una larga data, representando una valiosa fuente de información para la administración y para la definición de prioridades respecto de los riesgos ecológicos (International Wildlife Rehabilitation Council 2007). Pavez y Estades (2016) determinaron las causas de ingreso de 108 cóndores al Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de la Unión de Ornitólogos de Chile, recibidos entre 1993 y 2014 (22 años), procedentes de todo Chile. Dichos autores señalan que su estudio aporta valiosa información sobre los factores de amenaza que afectan al cóndor en Chile.
Setenta y nueve individuos provinieron del centro de Chile (Coquimbo al Maule). Para el centro de Chile, un área densamente poblada, 54% fueron adultos. La muestra de Chile central tuvo una estructura de sexos y edades parecida a la población silvestre, con algún sesgo hacia los juveniles. Las causas de entrada fueron intoxicaciones (52%), colisiones con líneas eléctricas (13%), posible inanición (9%), disparo (9%), traumatismo inespecífico (5%), tomados desde el nido (4%), capturado inmediatamente luego de abandonar el nido (4%), enredamiento (1%), caída a estanque (1%) y causas indeterminadas (2%). El 72% de las aves radiografiadas presentaron municiones en su cuerpo. Casi todos los cóndores (85%) fueron recibidos durante el invierno, cuando los cóndores usan tierras bajas, lo que aumenta la probabilidad de interacción con los humanos.
Veintiocho cóndores provinieron del sur de Chile, un área con baja densidad de población humana, de los cuales 14% fueron adultos. Las causas de entrada fueron captura de aves jóvenes luego de abandonar el nido (68%), traumas inespecíficos (11%), posible inanición (7%), disparo (4%), tomados desde nido (4%), caído en un lago (4%) y causa indeterminada (4%). De la muestra del sur de Chile, sólo el 25% de las aves radiografiadas presentaron municiones en el cuerpo. No se observó una variación estacional en el ingreso al centro de rehabilitación, indicando que los factores de riesgo en la zona sur no estarían operando de forma estacional. En la muestra del sur de Chile las aves jóvenes fueron dominantes.
La mayoría de los cóndores recibidos procedían de áreas con alta densidad poblacional humana y de cóndores, principalmente áreas cercanas a Santiago.
Con estos antecedentes, Pavez y Estades (2016) concluyeron que existe un importante efecto antrópico sobre los patrones causales y temporales de los factores de ingreso de cóndores a un centro de rehabilitación. Además, concluyeron que en Chile central la presión de mortalidad sería mayor a la esperada en condiciones naturales y no discriminaría por edad, lo que implica una presión sobre el estrato reproductor que podría dar lugar a una situación de sumidero demográfico en esta región.
Las intoxicaciones en los cóndores provenientes de Chile central ocurrieron en dos contextos. Primero fueron aves que accidentalmente consumieron carcasas envenenadas dispuestas por campesinos para controlar perros, particularmente durante la época de pariciones del ganado (Ministerio de Agricultura 2010). En este estudio 28 cóndores fueron intoxicados de esta forma (35% de todos los casos de Chile central). En segundo lugar, estuvieron los cóndores intoxicados por ingesta de productos tóxicos en rellenos sanitarios (16% del total de casos), identificándose presencia de organofosforados. Las colisiones con líneas eléctricas fueron causa común de arribo de cóndores em Chile central (13% de los casos).
La mayoría de las aves procedentes de Chile central fueron recibidas en la estación fría, cuando los cóndores tienden a ocupar zonas bajas (Pavez 2012) quedando más expuestos al ser humano y a las infraestructuras (Pennycuick & Scholey 1984, Mundy et al. 1992). En el sur de Chile no hubo una concentración estacional de casos y no hubo casos de intoxicaciones ni de choques con líneas eléctricas.
En condiciones naturales la mortalidad en el cóndor es extraordinariamente baja, y mucho menor en adultos que en juveniles. Temple y Wallace (1989) estimaron para Perú una mortalidad anual de 40% y 25% para pichones en los nidos y de un año de edad respectivamente, y 5% para adultos. Una población teóricamente estable de cóndor de California tendría 15% de mortalidad anual en aves de 2 años y sólo 5–7% en adultos (Verner 1978, Meretsky et al. 2000). Durante el período más crítico para el cóndor de California (1982–1985), la tasa de mortalidad alcanzó a un 27% en adultos y a un 22% en juveniles, sugiriendo la presión de factores de mortalidad edad-independientes de origen humano (Meretsky et al. 2000). Pavez y Estades (2016) señalan que este aspecto es de suma relevancia considerando las diferencias en influencia humana entre Chile central y sur. Los cóndores provenientes del sur fueron en su mayoría juveniles, la mayoría menores a un año. En muchos de estos casos, la gente encontró pichones recién salidos del nido, pensando que estaban heridos. Como en otros buitres, los cóndores pueden salir del nido sin ser capaces de volar permaneciendo en el suelo por varios días. Durante este período, los padres alimentan normalmente a su pichón, pero este es extremadamente vulnerable a predación y otras amenazas.
Comparado con la proporción de edades en la población de vida libre, hay un sesgo hacia los juveniles en los cóndores ingresados procedentes de Chile central y sur. Sin embargo, en Chile central, el porcentaje de adultos ingresados fue significativamente mayor que los del sur, lo que sugiere que en Chile central las causas de admisión de cóndores probablemente representan más factores edad-independientes (e.g., caza, intoxicaciones, colisiones con líneas eléctricas, etc.), los que tienden a afectar de igual manera adultos y juveniles.
Aunque Pavez y Estades (2016) no presentan información de tasas de mortalidad absoluta, el gran predominio de factores de amenaza edad-independientes antropogénicos en Chile central, sugiere a dichos autores que esta población de cóndores podría tener una tasa de mortalidad muy superior a la esperada en condiciones naturales. En las especies longevas altas tasa de mortalidad en los adultos puede tener efectos catastróficos, ya que estas especies son particularmente sensibles a la pérdida de adultos (Saether & Bakke 2000, García-Ripollés & López-López 2011), debido a un efecto negativo adicional sobre la reproducción. Ello podría estar generando una situación de sumidero demográfico (Pulliam 1988) para el cóndor andino en Chile central, una población que representaría el 20% de la población total de Chile (Pavez 2012). Según Pavez y Estades (2016) sus resultados muestran que las causas antropogénicas de admisión al centro de rehabilitación parecen ser comunes para Chile central e incluyen causas accidentales y deliberadas. Aunque no se tiene evidencia objetiva de los efectos reales de estos factores sobre la población, Pavez y Estades (2016) recomiendan acciones inmediatas tendientes a reducir la percepción negativa que los ganaderos tienen del cóndor y reducir la exposición a agentes tóxicos. También señalan que las evidencias sugieren que los choques con líneas eléctricas podrían ser un factor relevante y que se deben implementar medidas correctivas. De no considerarse estas situaciones, dichos autores señalan que estos factores podrían tener efectos catastróficos en la población de cóndor de Chile central.
Pauli et al. (2018), señalan la amenaza actual que representa para el cóndor el incremento del uso de veneno para controlar la presión de predadores sobre el ganado doméstico.
A continuación, se señalan las causas de amenaza descritas en la literatura.
Descripción
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% aproximado de la población total afectada
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Referencias
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Caza debido a la creencia de que mata ganado
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Castellanos 1923, McGahan 1972, del Hoyo et al. 1994, Pavez & Estades 2016.
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Ingesta de cebos tóxicos usados para controlar predadores
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Beltrán 1992, Lambertucci 2007, Pavez & Estades 2016, Pauli et al. 2018.
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Intoxicaciones en rellenos sanitarios
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Pavez & Estades 2016.
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Envenenamiento por ingesta de municiones de plomo
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Locke et al. 1969, Cuesta 2000, Lambertucci et al. 2011, Pavez & Estades 2016.
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Colisión con tendidos eléctricos
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Pavez & Estades 2016.
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Disminución de fuentes de alimento
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Pavez 2012.
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