El guanaco posee una amplia distribución, desde el norte del Perú hasta la Isla de Tierra del Fuego e Isla Navarino, en el extremo sur de Chile, con algunas pequeñas poblaciones en Bolivia y Paraguay, y las mayores en Argentina (Redford & Eisenberg 1992). Sin embargo, la distribución actual de la especie en Chile se considera como un remante de la histórica, ya que para Chile precolonial se estima que la especie habitaba prácticamente en todo el territorio, desde el extremo norte hasta isla Navarino, desde la costa hasta la precordillera, excluido sólo los bosques siempreverdes (Radecke 1978).
En la parte norte de Chile (Arica a O´Higgins) la distribución no es continua, y se asocia principalmente a sectores de la precordillera andina. Sólo en el sur de la región de Antofagasta (Paposo y Pan de Azúcar), así como la en la Región de Atacama se observan poblaciones costeras, que para el caso de Atacama podrían tener conexión con las poblaciones del sector andino, toda vez que es posible encontrar individuos en el llano central (González et al. 2006).
En las Regiones de Aysén y de Magallanes la especie es nuevamente observada, siendo particularmente abundante en Magallanes y más específicamente en la isla de Tierra del Fuego, que alberga poco más del 80% de la población estimada para nuestro país (González datos no publicados). De acuerdo con Sarno et al (2001), la presencia de guanacos en Tierra del Fuego es reciente, y su ingreso dataría de 8.000 años atrás.
Por otro lado, existen datos de presencia ocasional de guanaco en la Reserva Nacional Bío-Bío en la Región de la Araucanía (Cunazza 1992), y en el sector de la Laguna del Maule (Región del Maule), en ambos casos en ambientes que son marginales y representan una continuación de ambientes de la estepa argentina, donde la especie es más frecuente.
De acuerdo a las subespecies clásicamente definidas, L. g. cacsilensis (Lönnberg 1913) habitaría el centro-sur del Perú y extremo norte de Chile, aunque de acuerdo a la evidencia de Marin et al. (2008), la subespecie se observaría hasta el sector de Paposo y no sólo hasta la precordillera de Tarapacá como se postulaba anteriormente (Franklin 1982, Wheeler 1995). De hecho la evidencia genética observada por Marin et al. (2008) da cuenta que la subespecie cacsilensis posee una adecuada diversidad genética, pero muestra evidencias de una disminución poblacional y fragmentación de sus poblaciones en forma bastante reciente, muy posiblemente como efecto a actividades humanas. Apoyando lo anterior, existen registros de la segunda mitad del siglo XX que dan cuenta de la presencia de guanacos en los alrededores de Antofagasta y sur de Iquique, localidades donde hoy en día no son observados (Nelson Amado comunicación personal).
La subespecie L. g. huanacus (Molina 1782), de forma clásica se señala que se distribuye en la zona centro norte de Chile desde los 22° a los 28° ó 32° S (Franklin 1982, Wheeler 1995, González et al. 2006); sin embargo considerando los resultados de Marin et al. (2008) la forma presente en Paposo correspondería a cacsilencis y no a huanacus. Una tercera subespecie, L. g. voglii (Krumbiegel 1944), habitaría al oriente de la cordillera de los Andes en el norte de Argentina y el Chaco de Bolivia y Paraguay entre los 21 y 32° S. Finalmente la forma más austral y abundante, L. g. guanicoe (Müller 1776) habita en el rango desde los 32° S hacia el sur, cubriendo gran parte de la Patagonia de Argentina y Chile, encontrándose en Chile en Aysén y Magallanes, incluida islas de Tierra del Fuego y Navarino (Franklin 1982, Wheeler 1995, Sarno et al. 2001, González et al. 2006).
En el mapa anexo se muestra la distribución de la especie, apreciándose la separación de las poblaciones del norte y centro de chile (Arica a O’Higgins) con las de la zona austral (Aysén y Magallanes). En la literatura, no existen cálculos de Extensión de la Presencia ni de Área de Ocupación; sin embargo, resulta evidente que superan con creces los límites establecidos por UICN para la utilización de los criterios B (menor a 20.000 km2 para Vulnerable). De hecho, sólo para Tierra del Fuego el SAG ha estimado que el área potencial bordea los 32.561 km2 (Nicolás Soto – SAG Magallanes - comunicación personal).
Para la Región de Antofagasta, Amado (CONAF 2008) ha compilado los registros de presencia, generando un mapa aproximado de distribución que se muestra al final de esta ficha. |