Patrón de pigmentación: azulado a gris oscuro en el dorso, blanco en abdomen, marca oscura en el ojo y bordes del hocico oscuros. Marca característica de coloración clara, en el flanco hacia dorsal, que recorre anterodorsalmente desde la aleta dorsal hasta el melón, asociada con otra de la misma coloración en la zona más ventral del flanco. Rostro corto y demarcado del melón. Longitud rara vez superior a 2 metros.

Especie muy sociable. Se observan en simpatría con una o más especies de delfines, lo cual puede deberse desde sólo el encuentro por coincidencia geográfica y presa, o formando grupos de varias especies en actividades asociadas y coordinadas (Heinrich et al. 2010). También pareciera que su comportamiento varía según la necesidad o nivel de vulnerabilidad. Algunos grupos cazan de día de forma coordinada para atraer a cardúmenes de peces pequeños, tomando turnos entre ellos para alimentarse y para seguir atrayendo a la presa, y formando una red social de relaciones individualizadas en el largo plazo entre ellos (Pearson 2008).

Especie muy sociable, manifestando esta característica de diversas formas, debido a que tienen la capacidad de adaptarse socialmente según el contexto vital. Se observan en simpatría con una o más especies de delfines, lo cual puede deberse desde sólo el encuentro por coincidencia geográfica y presa, o formando grupos de varias especies en actividades asociadas y coordinadas (Heinrich et al. 2010).

También pareciera que su comportamiento varía según la necesidad o nivel de vulnerabilidad. Algunos grupos cazan de día de forma coordinada para atraer a cardúmenes de peces pequeños, tomando turnos entre ellos para alimentarse y para seguir atrayendo a la presa, y formando una red social de relaciones individualizadas en el largo plazo entre ellos (Pearson 2008). Se describe una gran flexibilidad en su conducta de caza, por ejemplo, en el invierno en aguas neozelandesas, un subgrupo de delfines obscuros se traslada cientos de kilómetros desde aguas frías en altamar hacia zonas de aguas más tibias y protegidas por la variación en la abundancia de alimento. Como resultado de estos movimientos, suelen cambiar de conducta de caza desde caza nocturna e individual en las aguas más profundas, a la caza coordinada y diurna de cardúmenes en zonas de menor profundidad (Würsig et al. 2008).

Tienen la capacidad de aumentar el tamaño del grupo en extremo (por ejemplo, durante la caza), o disminuir y fraccionarse al máximo durante el descanso, la migración o socialización (Würsig & Pearson 2014). Se distinguen subgrupos de madres y crías, de adultos en apareamiento, o adultos sexualmente inactivos. Mantienen relaciones dentro de una sociedad fluida, y la naturaleza de ellas cambia durante la vida de cada individuo. Hay evidencia de conducta “cultural” o de “tradición” en las migraciones, en la protección y crianza (dada principalmente por las hembras), advirtiendo que la transmisión de conocimiento no solamente se da verticalmente, sino también entre miembros sin relación sanguínea y entre generaciones (Pearson 2010).

Acrobáticos por excelencia, se les ve frecuentemente dando grandes saltos aéreos, variadas piruetas y giros. Rápidamente se acercan a los barcos para seguirlos y nadar junto a ellos en “bow-riding” (Jefferson et al. 2008). Estas acrobacias en superficie se cree que les ayuda a sincronizar la caza cooperativa y también a las actividades sociales y sexuales después de alimentarse (Van Waereneek & Würsig 2009).

Una característica de la especie en Chile, es que pareciera desaparecer por años (no se reportan avistamientos) y luego reaparece en manadas y su presencia resulta evidente (Guerra Com Pers. 2016).

La biología reproductiva del delfín obscuro se caracteriza por un sistema de apareamiento estacional y promiscuo. Se registran variaciones estacionales del tamaño y proporción testicular respecto del cuerpo en los machos lo que indicaría competencia espermática (Markowitz  et al. 2010b).

En el Pacífico, la mayoría de los nacimientos ocurre en invierno (agosto a octubre), pero también se han observado nacimientos durante el año. Las crías miden en promedio 91 cm y pesan 9,6 Kg. La gestación se prolonga por casi 13 meses, seguida por un período de lactancia de 12 meses. Ocurre un descanso de 3,7 meses antes de concebir nuevamente. El tamaño testicular de los machos aumenta al máximo entre septiembre y octubre, sincrónicamente con el período de concepción (Van Waerebeek & Read 1994).

Se estima que la madurez sexual se alcanza entre los 4 y 5 años en los machos, y los 3 y 4 años en hembras. En Perú, se describe la madurez sexual más temprana, lo que podría obedecer a una respuesta densidad-dependiente a la explotación masiva, o a la adaptación a un ambiente inestable coincidente con el fenómeno de El Niño. Se describe además que las hembras observadas en Argentina alcanzan la madurez sexual a los 6,3 años, y que el peak de nacimientos ocurre en verano (Van Waereneek & Würsig 2009). La especie sí se reproduce en Chile.

Especie piscívora. En las costas del Pacífico sudamericano se alimentan primordialmente de peces pelágicos de pequeño y mediano tamaño, como la sardina, la anchoveta y el jurel. Además de calamares, merluza y otras especies que no miden más de 30 cm o pesan más de 300 gramos (McKinnon 1994). En aguas de Argentina se ha visto que tienen dieta basada en animales similares, como la sardina argentina y peces que se agrupan en cardúmenes cerca de la superficie. En general, cazan en grupo, cooperativamente con o sin ayuda de otras especies (Würsig & Würsig 1980).

Se les asocia con aguas frías (entre 10º y 18ºC), en áreas de surgencia costera y corrientes frías a lo largo del círculo polar, en el hemisferio sur, aunque de forma discontinua. Parecen preferir primordialmente las aguas poco profundas de la plataforma continental y zonas similares que rodean las islas. A pesar de que se trasladan cientos de kilómetros según disponibilidad de alimento, permanecen en aguas costeras (Cipriano & Webber 2010).

Sin información. 

No aplica. 

Distribución de Provincias en Chile

Distribución de Territorios Especiales en Chile

Áreas Protegidas donde la Especie ha sido Reportada

Introducción

Por más de tres décadas el delfín obscuro ha sido capturado en Perú para consumo humano y como cebo. En la década de 1980 y principios de los 90, miles morían anualmente en caza con arpón y redes. Posterior a eso la ley restringió la captura, pero prosiguió de forma clandestina, y se cree que producto de ello mueren alrededor de 1000 delfines al año. En Argentina se registran casos de muerte accidental en maquinarias de pesca. A mediados de la década de 1980, se estimó que la mortalidad anual de delfines obscuros en redes de arrastre para pesca de camarón en la Patagonia era cercana al 8% de la población estimada, afectando principalmente a hembras. Gracias a la legislación posterior, la mortalidad accidental disminuyó diez veces. Hacia fines de los 90, hubo una disminución de la abundancia de merluza seguida de un aumento de pesca de la anchoveta, lo que trajo como consecuencia un aumento en la mortalidad de L. obscurus, asimismo ocurrió con la pesca de la anchoveta y jurel. Se cree que la captura incidental en Nueva Zelanda y en Sudáfrica no tiene la envergadura suficiente como para disminuir significativamente la población en esas áreas.

El contínuo cambio de hábitat de estos delfines producto de la acuicultura, también se considera una amenaza, a pesar de no haber estudios recientes sobre la disminución efectiva de la población, mortalidad o disminución de la reproducción, pero sí hay evidencia de los efectos indirectos de la producción acuícola relacionados con cambios en niveles de plancton, en la química del agua y la ecología bentónica. De la misma forma, los contaminantes ambientales también tienen el potencial de afectar las poblaciones de delfines, pudiendo afectar la inmunidad, conllevando al aumento de enfermedades. Por último, el creciente “turismo de delfines” también puede afectar la vida cotidiana de los delfines, y en casos extremos la salud de la población (Markowitz et al. 2010a). En Chile, la contaminación provocada por la minería es una amenaza para todas las especies que se distribuyen en la costa, así como la contaminación con plásticos y la contaminación acústica por diversas actividades submarinas incluyendo el uso de explosivos.

Pesca selectiva en Perú y Chile como alimento y cebo (Hammond et al. 2008).